Si no eres de Toledo, España, probablemente no hayas escuchado este término. Eso es, porque este concepto “Cigarral” es muy de esta tierra. De hecho, así lo define la Real Academia Española: “casa de recreo y huerto que la rodea, en los alrededores de Toledo y con vistas a la ciudad”.

Lo cierto es que los cigarrales son fincas señoriales con una construcción principal destinada a vivienda de recreo. Vamos, una  segunda vivienda reservada al descanso y la distracción, un edificio secundario para los guardeses y lo más importante y más característico, un amplio terreno de campo.

Pero, ¿cuál es verdaderamente el origen de los cigarrales?

Pues bien, los cigarrales se originaron a mediados del siglo XV una vez apaciguados los enfrentamientos entre los reinos árabes y cristianos. Fueron algunos miembros de la cúpula eclesial los que comenzaron a comprar terrenos en la orilla sur del Tajo a su paso por Toledo y así pasar en estas fincas los meses de grandes calores.

Ya en el siglo XVII, los terrenos de campo que formaban parte de los cigarrales se comenzaron a destinar a la plantación agrícola lo que por aquel entonces permitía el mantenimiento de las fincas.

Para la burguesía mantener los cigarrales en Toledo como segunda vivienda suponía un coste demasiado alto. Fue a mitad del siglo XX cuando muchos, al no conseguir rentabilidad, comenzaron a subdividir el espacio en parcelas de menor tamaño.

En 1994 y con una nueva normativa urbanística bajo el brazo comienza un paulatino cambio de uso de la zona. Es entonces, cuando hoteles y restaurantes comienzan a hacer uso de estos edificios y terrenos y abrir sus puertas al público cómo es el caso de Viñedos Cigarral Santa María.

¿Y el nombre? ¿Cómo reciben estas fincas la nomenclatura de cigarral?

Aunque el origen de esta palabra es incierto, la versión más frecuente (que bien podrán corroborar los toledanos de toda la vida) es la habitual presencia de cigarras en los meses de verano.

En el transcurso de los siglos los cigarrales han captado la atención de muchos intelectuales. Pongamos el caso de Tirso de Molina que escribe en 1621 su obra Los Cigarrales de Toledo. Miguel de Cervantes sitúa en los cigarrales de Toledo a El Quijote en uno de los capítulos a su paso por la ciudad imperial. O por ejemplo, Benito Pérez Galdós que incluso trasladó su amor por Toledo y los cigarrales a su amigo Gregorio Marañón.

Vamos que los cigarrales de Toledo enamoran a cualquiera que los conoce. El caso de Viñedos Cigarral Santa María es excepcional pues es el único viñedo urbano de España y uno de los cuatro que existen en todo el mundo. Además, es el único considerado Patrimonio de la Humanidad.

Viñedos Cigarral Santa María es un espacio para eventos en Toledo en el que celebrar cualquier ocasión especial como una boda, una comunión, actividades de empresa, cenas de gala, un congreso o incluso sumergirte en el universo del enoturismo y la gastronomía castellano manchega en manos del reconocido chef Adolfo Muñoz. Está claro que la singularidad del terreno, su historia y el mimo, cuidado y pasión con el que toda la familia trata el proceso, te sumergirán en un mundo del que no querrás salir.

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